EL LIVERPOOL NO PUDO CULMINAR OTRA REMONTADA HEROICA
Inzaghi ejecuta la venganza milanista
El Milan aprovechó la oportunidad que le concedió el destino para ajustar cuentas con el Liverpool. Dos años después de sufrir una de las derrotas más dolorosas de la historia del fútbol europeo, los 'rossoneros' recuperon el título que se dejaron en Estambul ante un Liverpool al que le faltó pegada para rentabilizar su buen juego. En Atenas, las lágrimas fueron de alegría para los italianos, monarcas del viejo continente por séptima vez con un fútbol más práctico que bello.
A diferencia del duelo anterior, el Liverpool dominó por completo la primera mitad. No quería Benítez tener querer recurrir a la heroica y ordenó a sus hombres que se adueñaran del balón desde el pitido inicial. Arrinconado ante el empuje inglés, los italianos comenzaron a tener problemas en defensa. Sobre todo por el lado de Jankulowski, que se veía desbordado constantemente por Pennant por el lataral izquierdo.A los diez minutos, el defensa checo del Milan falló clamorosamente y permitió a Pennant plantarse solo ante Dida. El remate del extremo inglés lo rechazó como pudo el meta brasileño evitando el 0-1.
Las noticias para el Milan no eran mucho mejores en el centro del campo. La presión del Liverpool ahogaba el juego de creación de Pirlo, Seedorf y Kaká y al equipo milanista le costaba salir con soltura con el balón jugado. Cuando lo conseguía allí estaban Xabi Alonso, que se empleó con excesiva dureza con permiso del colegiado alemán Herbert Fandel, y Mascherano, que no dejaba un metro a Pirlo.
La suerte fue 'rossonera'
En el 27, el Liverpool volvió a rozar el tanto con un disparo cruzado de Xabi Alonso que se marchó junto al poste. Eran los peores minutos del Milan, que tenía problemas en todas las líneas. El reloj avanzaba hacia el descanso y lo mejor para los 'rossoneros' es que habían logrado mantener su portería a cero pese a ser dominados. Al borde del final del primer tiempo, Xabi Alonso derribó a Kaká en la frontal y concedió al Milan una gran oportunidad para adelantarse en el marcador.
Pirlo lanzó a media altura y el brazo de Inzaghi se cruzó milagrosamente en la trayectoria del balón para desviar el disparo hacia las redes de Reina. La fortuna que les faltó a los italianos en Turquía parecía tener su asiento reservado en Grecia. La jugada pasó desapercibida para Fandel, muy mal durante todo el partido.
Gerrard perdonó el empate
El arranque de la segunda mitad resultó similar al de la primera parte. El Liverpool no materializaba en ocasiones de peligro su dominio estéril mientras el Milan crecía poco a poco. La tranquilidad para los de Ancelotti pudo llegar mucho antes de no ser por un error clamoroso de Fandel en la señalización de un fuera de juego inexistente a Kaká cuando se quedaba solo ante Reina.
Benítez movió ficha y retiró a Zenden, que no da el nivel en estos partidos, para sacar a Kewell. El australiano tampoco aportó gran cosa pero por la izquierda llegó la mejor ocasión del Liverpool para empatar. Gerrard se fue de Nesta, se plantó solo ante Dida y disparó flojo, centrado y mal a las manos del brasileño. Tras el susto, el Milan recuperó la compostura y anestesió el partido. El Liverpool se moría lentamente y Benítez no tuvo más remedio que recurrir a Crouch para dar algún quebradero de cabeza a su rival.
Emoción en la recta final
En el otro extremo del campo andaba aún al acecho Inzaghi, un viejo zorro que se las sabe todas. Con los ingleses adelantando líneas, Kaká dispuso de tres segundos para pensar que hacer con el balón y metió un pase magistral para dejar al 'Pippo' solo ante Reina. El nueve milanista cumplió con su trabajó y dejó al Liverpool rezando en busca de otro milagro.
Visto lo visto hace dos años, un 2-0 a falta de ocho minutos para el final no parecía tan definitivo ante un rival dispuesto a morir otra vez en el intento. En el 88, Crouch prolongó un córner en el primer palo y Kuyt remató en posible fuera de juego en el segundo para acortar distancias. Por un momento, los 'reds' soñaron con la remontada y los milanistas recordaron su peor pesadilla.
Los milanistas habían superado demasiadas trabas y sanciones cómo para quedarse otra vez a las puertas de la gloria. Tras cinco minutos eternos, la 'vendetta' prometida por el Milan se hizo efectiva.
por Javier Caballero